Habíamos derrotado a la naturaleza, teníamos todo el camino recorrido y
nos encontrabamos en el final. No cogíamos aviones para ir a Nueva York,
Londres o Hong Kong, el espacio pasó de ser un obstaculo que relativizaba el
tiempo necesario a definir la amplitud del tiempo, cada viaje era un
punto en un plano a una distancia específica, de este modo nada se veía
afectado por sucesos del pasado o alteraciones de los mismos, podiamos visitar a alguien célebre, volver a
ver a nuestros padres, vivir en otras épocas, todo estaba interconectado sin restricción
alguna, el limbo le llamaban algunos y en cierta manera tenían razón...